AUTOEFICACIA Y COMPORTAMIENTO l
AUTOEFICACIA Y COMPORTAMIENTO l
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LA AUTOEFICACIA ESTIMADA Y EL COMPORTAMIENTO
Eficacia según la RAE: es la capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera, en este caso sobre nosotros mismos (autoeficacia) o sobre nuestros planes deseados.
Desde la infancia los niños y adolescentes, evitarán situaciones o tareas, que piensen exceden sus capacidades, y afrontarán aquellas que
consideren capaces de controlar.
Opinan
los autores del artículo en que esta basado este post, Costa y López, que la perseverancia es una
virtud saludable:
Cuanto más alta sea, más vigorosos y perseverantes serán sus esfuerzos; siempre y cuando hayan incentivos para hacerlo.
Quiénes
se autoevalúan como incompetentes e ineficaces, y tienen duda sobre
su capacidad para hacer frente a una circunstancia difícil o
amenazante, experimentarán malestar, se esforzarán menos o
abandonarán el intento al enfrentarse a las dificultades, y a la
perseverancia que les plantean los objetivos de cambio (por ejemplo
en comportamientos de salud, iniciación temprana a la bebida, el cigarrillo, etcétera..).
En cuanto a la resistencia al dolor, viene influenciada por la historia de aprendizaje personal en caso de dolor, si es firme y exacta se expresara de manera natural
En la medida, en que este aprendizaje por imitación desde la infancia, sea el debido, el afrontamiento de una dificultad, de una
enfermedad, de una pérdida, un conflicto o una situación de emociones encontradas, será mejor gestionada.
"Enfrentarán
los retos de manera más segura, perseverarán en sus esfuerzos,
tendrán menos pensamientos generadores de estrés; y serán capaces
de focalizar su atención hacia las actividades de afrontamiento, más
que hacia las sensaciones dolorosas.
Prevenir las recaídas y volverse a levantar después de cada una de ellas.
La
evaluación de ineficacia personal para hacer frente a las
circunstancias que determinan las recaídas, como por ejemplo, en el
consumo de drogas, les hace más vulnerables a esas recaídas
(Marlatt y Gordon, 1985).
Los que tienen una alta
autoeficacia suelen
considerar las recaídas como incidentes pasajeros, que no les impide
restablecer el control e insisten en el intento, al contrario de los
que se autoevalúan como incapaces que ni siquiera intentan el cambio
de conducta.
No desanimarse por los fracasos:
Cuando la autoeficacia es firme y está construida a partir de los éxitos personales, es menos probable que algún fracaso ocasional la socave; y puede ser atribuido a factores externos, esfuerzo insuficiente, o fallo en el método utilizado, expresan los autores.
De tal manera que, se
implicarán en los cambios pertinentes, a diferencia de los que se
consideran ineficaces, atribuirán el fracaso a su falta de
habilidades y el éxito a factores externos.
El control del estrés y la adversidad:
La
autoeficacia
para dominar las fuentes de estrés y los incidentes críticos, influye en el hecho de que las evalúen como un perjuicio, o por el
contrario, como un reto; lo que hace que se sientan animados y
persistan en el empeño de afrontar la adversidad, o que huyan
espantados porque se sientan vulnerables e incapaces de enfrentarse a
la adversidad.
Dominar
el miedo y la ansiedad:
La
autoeficacia frente a situaciones desconocidas, o que puedan acarrear
resultados nocivos o tóxicos, influyen en los sentimientos de miedo
o ansiedad, que puedan despertar las diversas circunstancias y los conflictos internos que alteran los estados de ánimo.
Si
piensan que son competentes en el control de la situación
(previniendo, suprimiendo o reduciendo el impacto), se reducirá la
ansiedad y el miedo.
Comentan los autores que incluso pueden sentirse
incapaces y magnificar los daños o peligros, lo que aumentará la
ansiedad y el temor ante una situación.
La autoeficacia y la adrenalina.
Los altos niveles de autoeficacia ante circunstancias adversas, determinan en los sistemas fisiológicos un nivel bajo de liberación
de catecolaminas en sangre, mientras que la evaluación de ineficacia
se acompaña de una actividad endocrina y autonómica aumentada.
A medida que
se sienten más capaces a través del modelado, (por ejemplo los niños
o jóvenes con fobias), de afrontar las situaciones temidas, disminuye
la liberación de catecolaminas, mejorando la sintomatología y la clínica en general.
Hasta la próxima lectura.