LAS FUENTES DE ESTRÉS
En
la vida de los niños y jóvenes hay circunstancias del
entorno e incidentes críticos que les pueden deparar una
experiencia de estrés, porque son percibidos
como amenazantes, porque se piensa que rebasan los propios
recursos y ponen en peligro el bienestar personal, porque les
perturba emocionalmente, y porque les hace con frecuencia perder
el control (Lazarus y Folkman, 1986).
Algunas
características de las fuentes de estrés,
por:
Miguel Costa y Ernesto López, Educación para la Salud.
Miguel Costa y Ernesto López, Educación para la Salud.
El
acontecimiento puede ser transitorio o tener
un carácter crónico
Una circunstancia amenazante puede sobrevenir de modo imprevisto, o puede haber un tiempo de preparación para hacerle frente-predecible-, lo cual resulta ser menos estresante que cuando la situación aparece sin previo aviso y cargado de incertidumbre.
Si contamos con la información sobre el entorno y sus señales que permitan anticipar situaciones amenazantes y discernir el grado de amenaza, se puede controlar mejor la situación reduciendo la incertidumbre,
Así como también, modelar las autoevaluaciones, las creencias y actitudes, que lo guiarán en las próximas acciones
La falta de información puede tener un efecto inmovilizador sobre las estrategias de afrontamiento y la expresión de la conducta en general.
El
impacto de las fuentes de estrés depende del estilo de
afrontamiento que haya aprendido el niño o el joven a lo
largo de su vida.
El
miedo, la angustia, las alegrías, aprendidas de manera vicaria, puede
después perpetuarse en la historia personal de los niños y
adolescentes, a través de experiencias propias y vividas directamente
en ciertas circunstancias, o debidas al aprendizaje durante su socialización.
A su vez, las experiencias directas irán determinando la activación emocional , la indiferencia y el distanciamiento que sientan ante las expresiones emocionales de los demás.
A su vez, las experiencias directas irán determinando la activación emocional , la indiferencia y el distanciamiento que sientan ante las expresiones emocionales de los demás.
Entonces,
dependiendo de la historia perceptiva y del entorno
en el cual se desarrolla, atienden a ciertos aspectos de sus actos,
pensamientos, emociones o sentimientos e ignoran otros.
Si
en una situación filmada, subrayan los autores, técnica utilizada cómo
recurso pedagógico en Educación para la Salud, o en un caso real,
un modelo manifiesta calma y control emocional ante una situación
amenazante, puede constituirse en una fuente de aprendizaje para
quienes lo observen.
Los
niños y adolescentes también pueden reducir sus miedos mediante el modelado, al evidenciar a otros de su misma edad
afrontando con estrategias cognitivas o instrumentales, actividades,
ante situaciones temidas sin que se produzcan consecuencias nocivas,
pueden verse inducidos a hacer lo mismo, y por lo tanto adquirir
habilidades de afrontamiento que antes no tenían, o
pueden inhibir algún comportamiento anterior, viendo cómo el modelo
lo evita o por las consecuencias adversas obtenidas.
Para que exista una experiencia de estrés, no basta con que existan circunstancias potencialmente nocivas. Como en cualquier otra experiencia de la vida, es la específica interacción bidireccional con la fuente de estrés, y el carácter selectivo de la atención y de la percepción lo que determina si hay o no una experiencia de estrés.
La
atención selectiva determina qué modelos de conducta
adquieren relevancia y tienen más probabilidad de ser imitados,
y generalmente atienden a modelos atractivos y gratificantes. Este
carácter selectivo pone de manifiesto la historia personal de
aprendizaje previa de cada ser, lo que da lugar a que ante
iguales circunstancia los comportamientos expresados sean distintos.
Por
lo tanto desde la infancia y a lo largo de la vida los seres humanos
van quedando sensibilizados a distintas circunstancias del entorno,
porque al atenderlas obtuvieron resultados positivos, valiosos o
placenteros o evitaron resultados penosos.