La tristeza patológica o depresión
LA DEPRESIÓN, ES UNA ENFERMEDAD
La depresión es un trastorno del estado de ánimo perfectamente catalogado clinicamente y aceptado como una patología, por lo tanto debe tratarse como una enfermedad y con un adecuado tratamiento terapéutico la persona que lo padece se puede curar.
Hay que recordar que la tristeza normal" se convierte en patológica cuando existe una desproporción entre el estímulo que la provoca, la intensidad de la respuesta y la perpetuación en el tiempo de dicha respuesta, lo que disminuye el rendimiento y la productividad, porque el trastorno del ànimo altera las funciones cognitivas del sujeto enlenteciendo el pensamiento.
La tristeza patológica o depresión con sus diferentes grados de afectaciòn psicosomática, es el síntoma principal y central que fundamentalmente atrapa a quién la padece de forma global y contundente afectando todas las àreas de la vida del paciente. Frecuentemente se asocian otros estados de ánimo como:
La irritabilidad
Estos estados de ánimo reactivos en algunos tipos de depresión neurótica, conllevan algunas consecuencias negativas que lo llevan a enfrentarse con su entorno, sino acepta su realidad específica. Aunque hay menos alteración de la capacidad de experimentar placer.
En cambio otro tipo de depresiones tipo endógeno (por alteración del sistema neuroendocrino) tienen componentes menos reactivos y si más inhibitorios con enlentecimiento cognitivo (disminución de la atención y concentración; los pensamientos, las ideas, la creatividad, etc) y pueden llegar a la falta total de experimentar placer o disfrute del ocio en actividades que antes le eran placenteras, porque esta alterada la capacidad de reacción.
El deterioro de la expresión verbal viene dado por el grado de deterioro del rendimiento intelectual y psicomotriz, que puede desencadenar una apatía total. El enfermo termina siendo incapaz de realizar cualquier tipo de actividad.
El sujeto depresivo no puede enfocarse y centrar su energía en una tarea específica y menos aún realizar un esfuerzo para llevarla a cabo. Por el contrario, suele ser autocrítico consigo mismo y ver las cosas desde una perspectiva negativa desde la culpa y la baja autoestima.
La persona depresiva puede tener pensamientos o recuerdos entristecedores o traumáticos, con lo cual puede obsesionarse y rumiar una y otra vez sobre el mismo tema sin encontrar o decidir una solución. La persona que padece depresión tiene pensamientos pesimistas, nostálgicos o desesperanzadores desde un prisma oscuro o gris, con la sensación de no poder enfrentar los retos; pero si tiene asociado un cuadro de ansiedad, sentirá miedo al futuro.
"El depresivo se siente desgraciado y nada puede cambiar su situación"
Todos estos estados alterados del ánimo modifican las relaciones interpersonales, familiares, sociales o laborales con resultados con frecuencia no deseados. El enfermo no siente gratificación como antes al realizar actividades individuales o en grupo, de lo cual si disfrutaba anteriormente. Además que se siente culpable de la repercusión de sus acciones y actitud en los componentes de su entorno.
Hay un alto porcentaje de personas diagnosticadas con depresión donde la idea del suicidio esta presente y puede quedarse en una idea recurrente o desarrollar conductas autodestructivas que encubren la verdadera idea.
Cuando el enfermo presenta tristeza prolongada y pensamientos negativos, puede sentirse inútil o pensar que es un estorbo para los miembros de su entorno, con lo cual generalmente al intentar ayudarlo refuta el planteamiento con argumentos como "nadie puede entenderme ni ayudarme" produciendo en muchos casos rechazo y agresividad frente al que intenta animarlo.
Desde el punto de vista físico además del enlentecimiento psicomotriz, se pierde o disminuye el apetito con lo cual se pierde peso durante el proceso; el impulso sexual se ve afectado; así como también el sueño de inicio y mantenimiento, incluyendo el descanso reparador que puede acompañarse de despertares inquietos, prematuros o ansiosos.
La perdida de peso, de la libido y de un sueño reparador contribuyen a la pérdida de energía (tanto física, intelectual como relacional) y a el desarrollo progresivo del cansancio fácil y la fatiga crónica lo que provoca debilidad y dificultad para iniciar ciertas tareas o mantenerlas una vez iniciadas, muchas veces actividades simples y relajadas como es una conversación con amigos o familiares, o realizar actividades de ocio como ver la televisión o leer, no logran mantener la atención, están apáticos.
La apatía, la falta de iniciativa, la poca motivación y la incapacidad de ilusionarse hacen que no se esfuerce por nada y no lleve a cabo ninguna actividad, o si se esfuerza el cansancio interrumpe o reduce la efectividad del esfuerzo
Si sospecha de un caso grave de depresión acuda a su médico de confianza
En los casos graves de depresión se instala y crece una certeza de fracaso aunado a la sensación de inutilidad y desesperanza acompañados de síntomas cognitivos-conductuales como:
Pensamientos negativos o delirantes o fuera de la realidad
Pensamientos catastróficos hacia el futuro y en forma de lamentos hacia el pasado
Pensamientos de culpabilidad por todo lo que pasa a su alrededor
O pensamientos de baja autoestima o desprecio hacia si misma o hacia lo que hace
Centran el contenido de la comunicación en un tema específico y pueden llegar a hacerse monotemáticos, como en los trastornos obsesivos.
Pueden asociarse a trastornos afectivos como la dificultad en expresar sus ideas o ser afectuosos, en el esfuerzo que representa iniciar y mantener relaciones, tanto deseadas como satisfactorias y saludables.
Mantener relaciones interpersonales respetuosas con la contraparte por lo general mejora el estado de ánimo, optimizando el sistema neuroendocrino, lo que repercute en la sintomatología depresiva disminuyendo la intensidad de la misma.
El depresivo en grados graves no tiene capacidad de esfuerzo ante ninguna situación y es fácilmente identificable.
El problema radica en los casos leves, enmascarados o con equivalentes depresivos en la sintomatología orgánica, es decir el asunto es pasar por alto la forma atípica de la enfermedad que puede dar un abanico de signos y síntomas psicosomáticos de difícil diagnóstico y puede pasar desapercibido a pesar de las exploraciones clínicas que se realicen.
Se recomienda entonces tener presente tanto para pacientes, familiares, cuidadores y sanitarios en general, este tipo de presentación atípica de la patología depresiva, sobre todo en caso de antecedentes familiares o predisposición familiar, y así mejorar la calidad de vida del paciente con síntomas depresivos y los posibles efectos secundarios que le pudo producir el proceso de la patología.
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