EL CHANTAJE EMOCIONAL
GRAFFITI URBANO |
Este artículo va sobre El
chantaje emocional de Susan Forward;:
Lo peor de todo, quizás, es que cada vez que cedemos al chantaje emocional, perdemos contacto con nuestra integridad, la brújula interna que nos ayuda a decidir cuáles deberían ser nuestros valores y nuestra conducta.
Hay
una diferencia entre los conflictos y discusiones familiares, que
tienen lugar en la mayoría de las relaciones, y el patrón de
manipulación. Mientras los primeros nos permiten entrar en las
escaramuzas y luego volver al terreno emocional, básicamente firme de
la relación; en los patrones de la manipulación
implica la disminución pretendida o auténtica del yo de la otra
persona. Una persona aumenta su poder a expensas de la otra.
Los chantajistas emocionales siempre intentan demostrar que sus motivos son superiores a los nuestros, y que todo él que opine diferente es un malvado o está loco.
Los chantajistas emocionales siempre intentan demostrar que sus motivos son superiores a los nuestros, y que todo él que opine diferente es un malvado o está loco.
¿Por
qué la víctima permite ser víctimizada?
Los chantajistas emocionales crean miedo, obligación y culpa, hay muchos estilos distintos de chantajistas emocionales, lo que dificulta ver cómo estamos realmente siendo tratados.
Los chantajistas emocionales crean miedo, obligación y culpa, hay muchos estilos distintos de chantajistas emocionales, lo que dificulta ver cómo estamos realmente siendo tratados.
Algunas
personas utilizan las amenazas agresivas, otras vaticinan
un negro futuro de no conseguir lo que desean, otros en cambio
emplean un “tratamiento silencioso” hasta que la persona
descubre que es lo que quiere el chantajista; lo que tienen en
común todas las víctimas es que piensan que tienen que ceder para
restablecer el equilibrio de la relación. Subraya el autor, Forward, que
mientras más cercana la relación, más vulnerables somos a los
chantajistas emocionales.
El
autor nos pide que recordemos que el problema está en una parte
insegura del interior del chantajista, y no se debe a nosotros, en la
mayoría de las ocasiones no va con nosotros en lo absoluto. Enfatiza
que la distorsión de la realidad del chantajista es tal, que corroe
las relaciones quitándoles la gracia, la buena voluntad y la
intimidad. Y concluye que cuánto más nos convirtamos en lo
que el chantajista quiere que seamos, más perdemos de vista lo que
somos”.
Hasta la próxima lectura virtuales amigos...
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